jueves, 14 de mayo de 2009

Quedan dos dias para la Primera Comunión de Andreita

No sé por dónde empezar y a veces no sé seguir, así que desde el principio sin correr para llegar más lejos.

Zapatero nos quiere vender un coche, nos promete una ayuda como remedio del sueño de cada españolito, despertarse con un coche mas grande que el vecino. Onírico ZP, por qué no propones ayudas para bicicletas, motos, camiones. Sin avisar a las autonomias, que veran inflados sus presupuestos.

Mira que eres zorro, por eso de que pones la zeta.

Promete a cada niño de quinto de primaria un ordenador para él solito en el colegio. No sería mas fácil facilitar un ordenador a cada familia de éste país, o facilitar el pago del adsl a los que ya lo tuvieran, o mejor aún, hacer una españa wifi y se acabaron las cuotas.

28500 euros es el ahorro que hasta ahora cada familia que compra una casa tiene. Se acabaron las desgravaciones. Es una excelente medida para encarecer de nuevo la compra de una vivienda. ¿O es que los que tienen el negocio van a rebajarme el precio final de la vivienda?.

Por cierto, ha salido hoy la media de los hipotecados por VPO del 2005 al 2008, se les ha rebajado un 1,07 % y se les ha quedado en un 4,01 %. Si el euribor está en el 1,75 % (y le queda algo de bajada aun) a mi las cuentas no me salen, alguien se esta llevando con la ayuda del gobierno un dos por ciento de las 600.000 VPO que hay en España. Qué facil si en el debate de El Estado de la Nación hubiera suprimido ese dos por ciento. Aunque es mas, se le admitía el redondeo, hasta Rajoy hubiera redondeado con usted.

Con todos los parados que hay en la actualidad, no hay ninguna medida de alguna prórroga de mantenimiento de prestaciones. Eso sí, si eres rumano o ecuatoriano te quitan de en medio dándoles todo de golpe con la promesa de no volver por aquí. Eso quisieran algunos parados "españoles". Ni ésa.

Hoy se han recrudecido los enfrentamientos en Gijón por las prejubilaciones del enésimo plan de reconversion naval. Alguien dirá por ahí, que empieza la revolucion de asturias. Como haya contagio, entre las eres y los parados, el descontrol se extiende mas rápido que la gripe porcina

Comparo las medidas contra la crisis propuestas en el debate de El Estado de la Nación con el programa "La tribu" de Cuatro. No he visto el programa, pero tiene un elevado índice de audiencia.Pero "la tribu" es mentira, es un insulto al pueblo bosquimano. Los bosquimanos de "la tribu" viven en otras condiciones y la productora les ha pagado para que hagan un poblado en un sitio diferente al que viven. A cambio, les han dado unos euros a los que simulan vivir en el "poblado" y bastante alcohol a los jefes de la tribu bosquimana, que por supuesto no viven en "la tribu".

Luz de gas, e imágen.

Nos atontan para convencernos.

Está claro de que quieren estropearle la Primera Comunión a Andreita

martes, 5 de mayo de 2009

la tregua, mario benedetti

".....lo que pasa con "la tregua", entre otras dificultades, la mayor que tiene es
estar siempre en el filo entre la emoción legítima y una cosa que puede ser
interpretada como cursi" (Mario Benedetti)

En La tregua, Benedetti narra una breve, pero dichosa, etapa en la vida de una hombre maduro deprimido y mediocre, resignado a la fatal monotonía de su existencia.
En el diario de Martín Santomé, un oficinista montevideano que está a punto de cumplir los 50 años, viudo y con tres hijos, relata la historia de un hombre que próximo a jubilarse, encuentra en una joven el reverdecer de sus mejores momentos, en el tedio de la soledad.
Laura Avellaneda, una chica de 24 años, entrega toda su ternura y cariño al hombre temeroso, escrupuloso que ya no espera nada de su paso por el mundo, y que sin embargo es capaz de arraigar sentimientos de amor profundos, que muy pocos en nuestros días tienen el valor de ponerlos en práctica.
El rescate de Avellaneda viene a ser para Santomé una exquisita sorpresa, porque supuso que la jovencita no lo aceptaría y mucho menos le entregaría su amor, sin inhibiciones y de una manera natural y consciente.
Una característica entre los protagonistas de La tregua fue la diferencia de su personalidad, ya que mientras él era un hombre conformista, ella era, aunque tímida, una mujer clara y plena.
Santomé conoce a Avellaneda cuando la muchacha ingresa a trabajar en una oficina contable bajo su mando y de manera repentina se encuentra con que está enamorado de su sonrisa, de su manera de decir, de su forma de hacer.
No sabe cómo actuar frente a esta situación inesperada y, sobre todo, ante la reacción de Avellaneda, y cuando le declara su cariño, ella le contesta que lo sabía y que lo acepta.
Santomé está contrariado por la respuesta afirmativa de su enamorada y reflexiona temeroso sobre el presente que se avecina a sus puertas de manera irrevocable.
"No quiero perjudicarla, ni quiero perjudicarme, no quiero que nuestro vínculo arrastre consigo la absurda situación de un noviazgo tirando a matrimonio, ni tampoco que adquiera el matiz de un programa vulgar y silvestre, no quiero que el futuro me condene a ser un viejo despreciado por una mujer en la plenitud de sus sentidos, ni tampoco que por temor a ese futuro quede yo al margen de un presente como este, tan atractivo, no quiero que vayamos de amueblada a amueblada, ni tampoco, que fundemos un hogar con mayúscula", reflexionó.
Entre sus meditaciones y su miedo transcurren siete meses en los cuales sopesa la situación y decide unirse a Avellaneda a la que le pide matrimonio para ser feliz a su lado en el ejercicio de la sinceridad y la franqueza, que le permite descubrir en sí mismo a un nuevo ser humano.
"Tengo que asirme desesperadamente a esta razonable dicha que vino a buscarme y que me encontró", pensó en los cinco minutos en los que se le aclaró todo, en los que desaparecieron los prejuicios.
Una decisión tardía puesto que culmina con la fatalidad: la muerte de la chica que le abrió el camino real al amor, el amor que no está a la defensiva sino a la felicidad.
"Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor", se dijo al comprender que Dios le había concedido una tregua, una etapa plena que sólo quedó en el pasado, en el más bello recuerdo de su vida, dejándolo sumido en un destino más oscuro que antes, en un mundo sin interés, en el ocio (Angélica Angel, periodista mejicana)
Aparte de novela, os recomiendo la edición en Cátedra, Letras hispanicas, fué llevada al cine y candidata al Oscar a la mejor pelicula extranjera en 1974





No hay mas tregua